Tarde de matanza, Rontxi:
Ayer, antes de dormir, me entró el ansia y sacudí con la suela del zapato a mi cerdo-hucha. Quedó seco pero rico el pudding de chancho a la virulé. De entre las tripas, los ahorros de toda la vida: siete de las antiguas pesetas, un chicle mascado, media quiniela del ochenta y cuatro, un botón y dos euros en monedas de cobre, a saber: uno (110), dos (40) y cinco (2) céntimos. Así que esta tarde he ido tan pincho al chino y he adquirido una palangana; Han sobrado 32 céntimos que aun he invertido en veintiseis metros de hilo de pita.
Por cierto, ¿para qué coño sirve una palangana?
Abrazos,
Tronch
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